Geoffroy Germano es director general de Studio Paillette, una sociedad de alquiler de ropa que quiere reinventar el concepto de fast-fashion. Con la fundadora —su hija, Léa Germano—, recaudó 600.000 € el año pasado, de los cuales 200.000 € a través de un SPV.
Explica por qué un SPV era el vehículo adecuado para Studio Paillette, en qué le facilita el trabajo, y por qué hay que amar las dificultades del día a día cuando se emprende.
Puntos clave
- 600.000 € levantados, con 200.000 € vía un SPV: tickets directos a partir de 25.000 €; el SPV permitió incorporar amigos/familia y cheques pequeños sin ensuciar el cap table.
- Ahorro de tiempo y claridad: proceso centralizado, firmas y seguimiento simplificados, con costes/comisiones más ligeros que otras opciones.
- Inversores escogidos por su valor estratégico: prioridad a perfiles con modelo/retail/tech que aportan red, consejos y credibilidad —no solo cash.
Roundtable: Cuéntanos tu trayectoria y cómo aterrizaste en el sector de la moda.
Geoffroy Germano: Durante 30 años estuve en los sectores agroalimentario y de bebidas espirituosas, sobre todo en marketing, con puestos en varios países. En 2018 quise volver a Francia y tener otra vida. Quería emprender en una empresa innovadora y con impacto.
Lancé un proyecto con un ingeniero en sistemas de climatización eco-responsables. Lo llevé cuatro años y lo dejé por razones personales. Vivía cerca de Léa y asesoraba su proyecto; al final me subí a su startup, Studio Paillette, porque me parecía una gran idea y ya tenía tracción. La empresa ya estaba en marcha cuando Léa me fichó.
Roundtable: ¿Qué te atrajo del alquiler de ropa?
Geoffroy Germano: El impacto: es fuerte porque el ciclo es más lento. No alquilamos “para una noche”, sino por meses. La ambición de Léa es abrir la moda de alta gama a más gente sin generar residuos. Durante años trabajó en grandes firmas de lujo —París, Londres, Nueva York— y vio la cantidad de prendas diseñadas que nunca se venderían y terminarían como deadstock.
De media, solo el 50 % de la ropa se vende a precio completo. El resto se liquida en rebajas/outlets, o se destruye o exporta muy lejos.
Nuestro modelo es no comprar prendas. Las marcas nos confían piezas a cambio de acceso y comunicación con una clientela joven y digital, fomentando la economía circular. Una prenda típica se usa 5–10 veces; en Studio Paillette la usamos 60–70 veces. Nuestro uso es 10 veces más largo que una compra en boutique. Cuidamos y reparamos. Ese es el impacto de nuestra empresa.
En nuestro sitio no ves etiquetas de “-70 %”. Si un cliente ve un -70 % en un sitio de destockaje, ¿quién paga el precio lleno el año siguiente? Nadie. Es un juego que destruye valor.
Roundtable: ¿Qué significa trabajar con tu hija, Léa Germano? ¿Y cuál es tu valor añadido en el equipo?
Geoffroy Germano: Construir la empresa juntos es una gran experiencia. Hay mucha confianza y entendemos rápido las fortalezas de cada uno.
A los inversores les tranquiliza ver complementariedad en el equipo. Hoy somos ocho o nueve personas, la mayoría en su veintena. Yo aporto marketing y operación (ads, redes, KPIs), y Léa —como estilista— selecciona marcas y piezas.
Roundtable: ¿Cómo procedisteis con la recaudación de capital?
Geoffroy Germano: Mi objetivo inicial era una contribución mínima de 25.000 € por angel. Eso hicimos al principio. Pero muchos amigos de Léa querían invertir tickets más pequeños.
No podíamos meterlos a todos directamente en la cap table. Con Roundtable fue sencillo crear un SPV. Cada vez que un amigo o un familiar quería entrar con un importe menor, le enviábamos el enlace y listo.
En total levantamos 600.000 €, de los cuales 200.000 € vía el SPV.
Roundtable: ¿Cuánto tiempo os llevó la ronda?
Geoffroy Germano: Aproximadamente el 50 % de nuestro tiempo durante unas semanas. Una vez cerrada, pudimos volver a centrarnos en desarrollar la empresa.
Cuando montas una startup puedes trabajar 24/7: todo tiempo ahorrado cuenta. Fuera del fundraising, me concentro en marketing, investigación de clientes y negocio.
El SPV nos ahorró muchísimo tiempo —y con comisiones bajas— en comparación con otras plataformas.
Roundtable: ¿Hay que ser selectivo con los inversores con los que trabajas?
Geoffroy Germano: Depende del contexto y del dealflow. A menudo coges el dinero donde está. En nuestro caso, queríamos perfiles de moda, retail y tech: buenos consejeros y recursos. Me resulta más interesante hablar con alguien que aporta criterio que con alguien que solo trae cash.
Al principio fui a ver grandes grupos y redes; decía: “Tenemos un negocio B2C que reinventa el consumo de moda y está fundado por una estilista”. Pero a menudo solo querían oír hablar de SaaS B2B.
Así que afiné mucho a quién contactar, según su perfil y porque sabía que había terreno común para abrir conversación.
Roundtable: Un consejo para arrancar una empresa.
Geoffroy Germano: No estoy seguro de que montar una empresa en familia sea siempre buena idea. ¡Yo soy la excepción! Aun así, hay que pasar tiempo con el equipo fundador —sobre todo si hay varios socios— para verificar el alineamiento y no hundirse bajo la presión interna. Lo contrario me ocurrió en un proyecto anterior y, bajo presión, resultó ser una mala elección.
También hay que estar dispuesto a trabajar mucho con poca recompensa al principio. He vivido tanto los grandes grupos como la startup: el día a día es mucho más complejo en una startup.
Olvida la idea de que ser emprendedor es “cool”: tienes que amar el día a día mucho más que la idea de que, quizá, algún día, pagará.
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